by Google Translate
Redescubra a arte de cozinhar e aprenda o pretérito perfeito composto em espanhol

A humanidade está mudando a passos velozes e acompanha – quase sem perceber – as mudanças que o planeta Terra, em constante evolução, nos propõe. 

Neste longo período de recolhimento, fomos nos transformando, reconstruindo-nos, reinventando-nos… e olha nós aqui: sobrevivemos! 

Entre outras tantas mudanças de comportamento destes últimos tempos, quiçá a que nos trouxe mais prazer e economia em casa foi a de (re) aprender a preparar nossos próprios pratos. Quem não se sentiu tentado a fazer um bolo para o café da tarde ou arriscar umas batatas recheadas para o jantar,  trabalhando de casa?

Vamos enumerar aqui uma série de vantagens e aspectos positivos desta arte que havíamos esquecido pela falta de tempo, mas que mostrou-se como uma das alternativas mais interessantes de estar em casa, compartilhando o dia-a-dia com a família. 

Após a leitura, te convidamos a estudar um tempo verbal chamado ‘Pretérito Perfecto del Indicativo’, que expressa ações passadas, tanto dentro de um período de tempo ainda em processo quanto em períodos não definidos.

Bora estudar?

Empezamos una revolución desde la cocina. 

Al principio, el miedo y la falta de información nos han llevado a pensar en construir  un búnker y llenarlo de comida para superar la pandemia. La primera reacción en masa fue una especie de “fiebre de los supermercados”, que además de vaciar los estantes del papel higiénico, también hizo desaparecer  alimentos altamente procesados, ricos en azúcares, sodio y grasas saturadas. 

Al parecer la comida se ha transformado en un consuelo para muchas personas, y ha empezado a funcionar como un tranquilizante en estos tiempos de ansiedad.

Sin embargo, en algunos países como Italia y Francia, por ejemplo, grandes e inteligentes campañas de publicidad han animado a las personas a buscar la felicidad en las cosas sencillas, enfocándose principalmente en la cocina. 

Vivamos en Europa o no, hemos tenido que replantearnos nuestros hábitos de consumo y el tiempo dedicado a la comida: desde su preparación hasta el sentarnos todos juntos a la mesa para disfrutarla. Como en los viejos tiempos. 

Estudios recientes indican que esta tendencia ha afectado a más de un tercio de las personas a escala global, lo que muestra que la cuarentena sigue siendo una oportunidad única de rescatar nuestras raíces, de fortalecer nuestras pasiones y habilidades y de consolidar  nuestro compromiso con el futuro.

Combatimos el aburrimiento cocinando.

Desde  los primeros días de aislamiento, las redes sociales nos han mostrado lindas creaciones culinarias compartidas entre los usuarios, algunas muy simples y apetitosas,  otras muy  caras y sofisticadas. Egos aparte, no caben dudas de que la comida es uno de los temas más frecuentes en los hogares, tanto para adultos como para jóvenes. Los millennials y  la generación Z dedican tiempo y dinero a esta nueva afición: afirman que por primera vez desde hace mucho tiempo, se han tomado más tiempo para cocinar.

¿Por qué lo hacen? Por puro placer, por diversión, por curiosidad, para acercarse a los familiares, para arriesgarse en nuevos horizontes, para compartir recetas con los amigos, para ampliar conocimiento. Para rescatar nuestra ‘humanidad’, afirman los más conectados. No como raza, sino como característica innata. 

Cocinamos para sentirnos ‘humanos’.

A lo largo de la cuarentena, muchos movimientos solidarios han surgido para apoyar a los diferentes profesionales que trabajan arduamente en el combate a la pandemia.

ONG’s, restaurantes, bares, servicios de delivery, panaderías, supermercados y vecinos se han movilizado y han demostrado su solidaridad especialmente hacia el personal sanitario garantizando la entrega de alimentos de calidad a aquellos que luchan en primera línea contra la COVID-19.

El caso es que tanto los propietarios de comercio como los ciudadanos han logrado recaudar, además de cariño, reconocimiento y gratitud, enormes cantidades de alimentos para poner en movimiento esa tan noble actitud. 

Renovamos nuestra relación con la comida.

Generalmente en los restaurantes de comida rápida que reparten a domicilio, se encuentran alimentos que contienen altos niveles de sodio , azúcares, grasas y carbohidratos, aunque elijas algo más saludable. Si a todo esto le sumamos las salsas katchup, mostaza y mayonesa, estamos literalmente “fritos”.  

Al empezar a cocinar en casa hemos reducido casi todo lo innecesario en nuestra dieta, especialmente la sal. Tenemos un control mucho más real no solo de lo que comemos sino también de cuánto comemos, o sea, definitivamente hemos hecho las paces con nuestro alimento diario.

Tomamos conciencia de lo que comemos.

Si nosotros mismos preparamos nuestra comida, probablemente aprendemos a disfrutarla y saborearla más intensamente, lo cual nos ayuda a comer menos y saciarnos más rápidamente. 

Sabemos muy bien que comer de prisa lo que se nos ponga por delante o comer cuando estamos tristes o ansiosos nos llevará a padecer de obesidad y/u otras enfermedades graves. Constatado esto y libres de tendencias dictadas por la moda, vamos avanzando hacia una nueva conciencia de la alimentación. 

El número de vegetarianos y veganos ha disparado durante la cuarentena. Y no precisamos ir a Google a buscar esta información, tan sólo conversando con nuestros jóvenes se puede constatar esta nueva realidad. Ellos han llegado para transformar todo aquello que nos hace daño, para enseñarnos a respetar el derecho a la vida de nuestros hermanos los animales, para reeducar a los mayores de la familia. 

Adoptamos mejores hábitos.

Cocinar en casa es una excelente forma de empezar a adoptar mejores hábitos, elaborando planes semanales de comidas, yendo al mercado y eligiendo productos frescos, probando recetas con alimentos de temporada y asegurándonos de que ingerimos todos los nutrientes que necesitamos.

Poco importa si el plato que preparamos es simple o sofisticado, lo importante es que hemos logrado un cambio de paradigmas que nos permite ver el alimento de manera diferente. Porque en definitiva, somos lo que comemos. 

Caminando por este sendero, sumando el placer de estar dentro de casa por más tiempo al despertar a nuevas u olvidadas habilidades, seguimos adelante en esta linda labor de rescatar y transformar un elemento vital entre tantos otros  que nos han sido impuestos por el sistema: nuestra comida. 

Éxito en tus recetas y que aproveches bien tu próximo almuerzo en familia. 

¡Salud! 

Actividades:

Busca en cada párrafo los verbos que se presentan en Pretérito Perfecto del Indicativo

Observa su forma: primero aparece el verbo auxiliar HABER conjugado en Presente de Indicativo y luego un participio pasado del verbo principal que describe la acción.

PRONOMBRE SUJETOVERBO AUXILIAR HABER (en Presente)PARTICIPIO
Yohecocinado
has preparado
Él/ Ella/ Ustedhaservido
Nosotros/ashemos comido
Vosotros/ashabéis probado
Ellos/ Ellas/ Ustedeshan hecho

Reescribe a continuación todas las frases que has encontrado en el texto.

Lee con atención y define el sujeto de cada frase (entre paréntesis).

Ejemplo: 

  1. Al principio, el miedo y la falta de información nos han llevado a pensar…” (ellos)
  2. “…la comida se ha transformado en…” (ella)
  3. .
  4. .
  5. .
  6. .
  7. .
  8. .
  9. ..
  10. .
  11. .
  12. .
  13. .
  14. .
  15. .
  16. .

Respuestas:

  1. Nos han llevado (ellos)
  2. se ha transformado (ella)
  3. ha empezado (ella)
  4. han animado (ellos)
  5. hemos tenido (nosotros)
  6. ha afectado (ella)
  7. nos han mostrado (ellas)
  8. se han tomado (ellos)
  9. han surgido (ellos)
  10. se han movilizado (ellos)
  11. han demostrado (ellos)
  12. han logrado (ellos)
  13. hemos reducido (nosotros)
  14. hemos hecho (nosotros)
  15. han llegado (ellos)
  16. hemos logrado (nosotros)
  17. nos han sido (ellos)

Fuentes:                       

https://www.vitonica.com

https://wearesocial.com

Escrito por Beatriz Rodriguez e publicado na coluna da Você S/A. Editado para o blog da Companhia de Idiomas.